lunes, 16 de abril de 2012

MIENTRAS LA CIUDAD DUERME

En cualquier ciudad de España, la mayoría de la población duerme tranquila, mientras suceden multitud de hechos y desgracias.

Para solucionar estos casos, siempre se encuentran en vigilia hombres y mujeres como los miembros de los distintos servicios de salud, del 112, del Cuerpo de Bomberos, de los Cuerpos de la Policía local y de la Policía Nacional.

Parte de estas noticias trascienden (en mayor o menor medida) a los medios de comunicación al día siguiente. Pero al leerlo en el periódico, oírlo en la radio o verlo en televisión, no se perciben como en realidad son.

No pretendo ser cruel ni herir la sensibilidad de nadie. Tan solo intentaré que se hagan una idea de lo que sucede en la noche de cualquier ciudad.

Mientras la ciudad duerme, la sala del 091 recibe varias llamadas en las que se avisa de un altercado en vía pública frente a un bar. Al lugar se desplazan varias dotaciones de P. Nacional uniformadas. Lo que se encuentran es lo de todas las noches, dos grupos de jóvenes enfrentados a guantada limpia por cualquier tontería. Nadie quiere denunciar porque se han vuelto todos amigos de repente, aunque todos tienen el morro untado.
El resultado son actas de incautación de armas y de drogas con su correspondiente sanción.
Mañana algún vecino preguntará qué pinta esa sangre en el suelo.

Momentos después la sala operativa del parque de bomberos, solicita colaboración de la fuerza pública para cortar varias calles y en caso de necesidad proceder al desalojo de varios edificios, debido a que existe un escape de gas en un local. Solucionado sin problema.
Y mientras la ciudad duerme.

Una patrulla es requerida por un ciudadano que avisa de dos adolescentes que se encuentran tiradas en un portal cercano a una discoteca. Las jóvenes, de 14 y 15 años de edad se encuentran rozando el coma etílico, por lo que una dotación de ambulancia las traslada a un hospital. En el mismo, se personan una vez avisadas de los hechos, las dos madres de las menores. Una no se lo puede creer y entre preocupación y lágrimas, se pregunta en qué ha fallado. Mientras, la otra madre quiere firmar el alta voluntaria de su hija inmediatamente y llevársela a casa, mientras que farfulla que esto la sucede todos los fines de semana y tampoco es tan importante.

Después de dos avisos falsos de peleas y uno de robo, el SAMUR solicita colaboración urgente, por lo que varias dotaciones de P. Nacional y Local acuden al lugar. Los sanitarios se encontraban atendiendo en un domicilio a una mujer con varias heridas abiertas y moratones por todo el cuerpo, cuando apareció el marido en casa para rematar la faena. Un detenido, una denunciante, un sanitario con el labio partido y un policía con esguince de muñeca, son los resultados.
Y mientras la ciudad duerme.

Bomberos apagando las papeleras incendiadas por unos borrachos de fiesta, ven pasar varias ambulancias que se dirigen a un accidente. Momentos después también ellos estarán apagando el fuego del coche calcinado que conducía un joven. Los esfuerzos de los sanitarios son inútiles y por él tan solo se puede avisar a la familia. Fotógrafos del periódico local intentarán sacar la foto más sensacionalista, sin pensar en la familia del joven.
Y mientras la ciudad duerme.

El turno se acaba y los trabajadores de los servicios de urgencias, consiguen volver a casa a ver a sus padres, maridos, esposas e hijos, sin haberse quemado, sin pincharse con una jeringuilla infectada, sin caer abatidos en una reyerta. Intentarán dormir cuando la ciudad despierta, pero la cara y el nombre del joven muerto en medio de la carretera, se lo impedirán.

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